Una noche me desvelé, y empecé a escribir.

Sí, ese es el título de mi poema.
Quizás debería subirlo... La verdad es que no lo sé, no quiero que la gente se ría de mí, y menos que me plagien... Una no se despierta a medianoche a escribir un simple poema.
Sus ojos... Oscuros, y simples.
No, no subiré el poema. Tengo que pasarlo a limpio, deshacer un enredo de palabras.
¿Qué bonitas son las sudaderas, no? Y si son anchas, mejor. Puedes esconder tus manos en las mangas, y ocultar el sudor.
No sé como le hable... ¿De verás hable, o estaba soñando?
Mejor, dejemos mis tonterías, y pasemos a algo más importante.
Esta semana ha sido la bomba, alegría y solo eso.

Es increíble como, de repente, alguien, simplemente alguien, te hace sentir especial.  A base de simples palabras...
Sí, entiendo que penseís que es amor, pero no es amor de sentirlo hacía alguien 'real'.
Siento amor hacía los libros, hacía los escritores, siento amor a la vida, que me deja soñar y vagar en mi inspiración, dejándome libre para hacer lo que en verdad desee.
De pequeña pensé si alguien podía vivir de su imaginación. Siempre me he considerado una persona con una imaginación desbordante.
Más adelante, me di cuenta de que había un único trabajo en el que podías expresar todo lo que sentías, ser libre y dejar tu imaginación. Y la gente se iba a enterar, se iba a dar cuenta de que valor tenías.
Escribir.
No, no es una capacidad, es un poder.
Un poder que pocos tenemos. Nos podemos llamar elegidos, y en verdad lo somos. Hijos prodigios de Dios, a los que se nos ha enseñado a plasmar pensamientos y sentimientos sin necesidad de hablar. Si nos uniéramos todos, creo que el mundo cambiaría.
Sin embargo, hay poca gente que valore lo que en verdad somos.
No sé si debo otorgarme el honor de llamarme escritora, o quizás soñadora, y lo siento si fallo.
De pequeña, pensaba que nadie podía haber escrito un libro así. Miraba la fotografía del escritor, y algunas veces pensaba que un señor tan feo no podía escribir eso.
Entonces, cuando crecí, me di cuenta de que el físico importaba muy poco, y que para juzgar a alguien por su aspecto, hay que conocerle.
Lo queráis o no, todos lo hemos hecho una vez.
Hay gente, la mayoría, que solo piensa en el libro, y que esa persona que lo ha escrito no puede hacer otra cosa que eso, escribir. Pero se equivocan.
¿De dónde sacamos esas palabras? Quizás no me creáis, pero del dolor. Sufrimos para escribir, incluso cuando las cosas van viento en popa, al escribir, nos volvemos serios. Se puede decir, que es una pequeña forma de traspasar al papel los sentimientos y emociones.
Sí, yo ahora estoy seria.
Y creo que Blue Jeans, Derek Landy, Suzanne Collins, y todos esos escritores tan maravillosos, necesitaban paciencia, calma y concentración.

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¿Somos pocos, eh? Vale, sólo somos cuatro.
No sé como conseguir que la gente me lea, pero gracias, Irene, por incluirme en tu revista, de veras, muchas gracias.
Creo que eso es todo, aunque antes os dejaré estas canciones, que pienso que no son obras de arte, son más que eso:
-Safe and Sound - Taylor Swift.
-El árbol del ahorcado, letra en español.
Sí, las dos son de Los Juegos del Hambre, pero ¿quién no lloró con Sinsajo, recordando este emotivo momento? Yo lloré al pensar que no sabría más de la hermosa historia de Katniss y Peeta, y eso duele.
Besazos.